una serie de: jill greenberg
Esta interesante serie de Jill Greenberg nos muestra otro aspecto del retrato, que va en contra de lo que suponemos debe ser el retrato de un niño: feliz, despreocupado, inocente, espontáneo. Esta serie pone en cuestión ese momento feliz de la fotografía infantil y nos lleva a otra dimensión, donde el estereotipo se confunde con la realidad ¿es esto realidad o simulación? Se dice que los niños y los borrachos dicen la verdad. ¿Lo sabemos? Los niños son excelentes actores así como manipuladores (también fui niño para saberlo). ¿Estamos frente a un acto de tortura, están sufriendo estos niños, están actuando, es un momento pasajero, son infelices o todo es pura comedia? La fotografía contemporánea nos pone una y otra vez frente al simulacro, donde a veces emerge terrible, cierta realidad. La realidad de nuestras creencias, al menos...
Estas imágenes están en la galería Kopeikin
Sitio web de Jill Greenberg manipulator.com
Estas imágenes están en la galería Kopeikin
Sitio web de Jill Greenberg manipulator.com
5 Comments:
es curioso jaja no es primera vez q empiezo con esta frase.. en fin, lo curioso es q me parece muy irreal todo, con esa luz, son muñecos no me causan nada, me estaré volviendo insensible?.. saludos!!
Será que ya no le creemos a las fotos? ¿O que como todo ahora está "faranduleado", tampoco nada visual nos afecta?
puede ser eso.. ya no le crees pq te imaginas el "lo que no se vio"... y la medición y es todo una gran broma... no creo q este agotado el recurso visual, si todo va en el tratamiento... y hasta pudo ser un objetivo para no poner triste al publico imaginate q se sho... jaja saludos!!
Una violenta reacción causaron las imágenes de esta fotógrafa, madre también, de parte de un tipo llamado Thomas Hawk (su nombre me recuerda el último Mohicano y los Tomahawks para hacer scapls), quien llama en su blog a las autoridades (adivinen de que país) a arrestarla y a acusarla de abuso de menores. Su texto pueden leerlo en su blog.
La respuesta de la fotógrafa no se hizo esperar, llamó al patrón de donde trabaja Tomahawks y le dijo que tenía un enfermo en su staff.
La controversia sigue...
No deja de ser interesante leer el texto que publico Jill Greenberg en la galería Kopeikin para explicar el sentido de sus fotos.
Tal vez es interesante saber como se hizo llorar a estos niños para que aparezcan en este estado. A ese nivel es que tenemos creencias, que no conjugan con nuestra vida cotidiana, pues el llanto de los niños, como dices ocupa gran parte de su tiempo y a eso si estamos acostumbrados.
El problema de las imágenes es que procesamos estas diferentemente que la realidad. Lo que en la realidad nos deja indiferentes, en las imágenes no. ¿Curioso, no? Sabemos que un pueblo masacra a cientos de miles de otro pueblo y no nos arrugamos. Pero si vemos un par de fotos donde están aterrorizando a alguien con una broma macabra, producto de un poder ilimitado es cierto, salimos a manifestar a la calle. Somos más simbólicos que realistas.
En el debate salió a la luz el método empleado para hacerlos llorar. Los sentaron en el escenario y mientras ajustaban luces y todo eso les dieron un Lollypop. Al quitárselos estos rompieron en llanto.
Easy.
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